viernes, 17 de octubre de 2008

El Vértigo de Hitchcock

(El eje. 

La mirada en el eje que desciende, 

lentamente) 

Ver 

por dentro y por fuera 

tu piel blanca, 

tu melena de arena seca 

y aquello que millones de ojos convencionales 

jamás podrían ver: las grietas perversas de tu mirada, 

y las manos que me transpiran 

oscilando, péndulo diabólico, 

entre acariciarte, 

como un amante acaricia el deseo, 

o huir despavorido 

a jugar en tristes naipes 

la historia de mi vida.

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