martes, 23 de febrero de 2016
IOGA
Gracias por las horas, y esos días
de marzo, en que el cielo parece
más cercano que de costumbre,
y las hojas que vuelan, como pájaros.
Gracias por los dones cotidianos,
y la luz, crispada en los espejos.
Gracias porque todo está hecho de sol,
y de bienaventuranza.
Gracias.
Para Helena, voluble oleaje de existencia
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